Homenaje a Hiroshi Hara en Uruguay
TALLER HIROSHI HARA
Andrea Alonso
Rocío Andrada
Fernando Ayala
Lucía Azpiroz
Florencia Baglivi
Sergio Blengio
Carolina Borgia
Ma. Carolina Brovetto
Héctor Bugallo
Gonzalo Bustillo
Gerardo Cadenazzi
Sergio Calvermater
Cecilia Cappelli
Mariana Cecilio
Mercedes Chirico
Ricardo Cordero
Martín Delgado
Luciana Echevarría
Felipe Estavillo
Mártires Etchechury
Gabriel Etchepare
Cecilia García
Eduardo Goichea
Gerardo Goldaracena
Álvaro González
Gonzalo Gretter
Graciela Lamoglie
Carolina Lecuna
José Pedro López
Graciela López
Marcelo López
César Lorenzo
Mariné Maroukian
Ricardo Martínez
Rodolfo Martínez
Laura Mazzini
Ethel Mir
Fernando Nalbarte
Alejandra Poey
Laura Reyes
Alicia Rubini
Verónica Sahonero
Ariel Salchi
Gabriela Salvatella
Alejandro Sande
Mariana Tinetto
Esteban Varela
Alejandro Veneziano
Pablo Vieytes
Desde ahora, vamos a mostrarles lo que hicimos en este taller. Para ahorrar tiempo, me gustaría explicar de manera simple el sistema de nuestro proyecto. Al comienzo del taller, mostré una manera muy simple, pero conveniente de expresarnos con la gente de nuestro taller.
Se escribe simplemente así:
A* = Γ A
Aunque esta expresión parece un tipo de ecuación, en realidad es una expresión lingüística habitual, que se lee: A se transforma en A* mediante Γ (gama), donde Γ es un operador.
En nuestro proyecto tenemos dos tipos de operadores: operador rojo y operador negro, para cambiar la zona oeste de Montevideo.
Podemos escribirlo así:
A* = Γ A
A** = Γ A
A es una condición dada, A se cambia a A* mediante gama rojo, y A se cambia a A** mediante gama negro. Esto se puede leer: la situación dada A se transforma en A* a través del operador rojo, y en A** a través del operador negro. Cada maqueta muestra la operación de A* = Γ A y A** = Γ A.
Si quisiéramos discutir sobre la similitud y la diferencia entre A* y A**, podemos escribirlo así.
A** = Γ0 A*
Creemos que la propuesta de ordenamiento presentada por las autoridades es vital para el futuro del Uruguay. Especialmente desde el punto de vista económico, el programa puede ser altamente valorado y debemos tratar de realizarlo, aun cuando aparezcan dificultades durante la ejecución de este proceso.
Primero, debemos definir la ejecución de un nuevo Mercado Agrícola y los sectores para la localización de industrias, en tanto programas urbanos de urgente resolución para Montevideo.
En segundo lugar, tenemos que decidir las vías por la cual la madera será extraída de nuestro territorio.
Recientemente un tercer programa, el puerto nuevo y el puerto seco, ha aparecido en la intervención propuesta.
Todos estos grandes programas urbanos tendrán una fuerte conexión vial. Esta se relacionará con la red ferroviaria existente, con el sistema principal de rutas de todo el país y con la red interior circulatoria.
Por lo tanto, debemos concentrarnos en esta nueva ruta, la cual completará la red vial de Montevideo, en especial el anillo circulatorio exterior de la ciudad. En otras palabras, este nuevo anillo definirá el borde del área urbana de la ciudad, evitando su extensión descontrolada.
Nuestra tarea principal será la resolución de esta conexión, de aproximadamente 16 km, entre el puerto nuevo y la nueva estación norte.
Sin embargo, la misma no resulta sencilla, pues se deberá resolver la intersección entre el sistema ferroviario y el sistema vial nacional y departamental. Aparecen aquí determinados puntos críticos donde aplicaremos 3 soluciones tipo: pasos subterráneos, cruces a nivel y cruces por lo alto.
El área a lo largo de la nueva ruta tendrá una fuerte potencialidad de crecimiento, no solo para el puerto seco sino también para la localización de nuevas industrias y actividades conexas.
La implantación de estas nuevas actividades en esta faja, significará la utilización de suelos agrícolas.
Pensando en la reversibilidad de esta transformación territorial conservaremos el «suelo fértil» en el lugar, surgiendo así una nueva topografía en el paisaje. Esta nueva topografía asegurará la conservación de los recursos existentes.
La producción agrícola será recepcionada y distribuida a través del nuevo mercado.
La madera será transportada, sin dificultades, por tren y luego exportada a través de los 2 puertos.
Por otra parte, a través del arco de la vía del tren propuesta, lograremos una fuerte conexión entre el puerto nuevo y el puerto principal.
Tenemos una enorme confianza en la estabilidad económica, en el crecimiento de nuestro país y de nuestra ciudad.
Por lo tanto, no negamos el sistema puerto nuevo–puerto seco planteado por las autoridades, aunque aquí simplemente mantenemos algunos puntos en común.
Encontramos algunas contradicciones y dificultades en las soluciones que ya fueron explicadas en el modelo rojo. Principalmente, lo relacionado con el trazado de la nueva ruta.
En nuestra apuesta, el desafío es desarrollar el plan sin la nueva ruta. La principal razón es evitar el fuerte impacto sobre la agricultura, ya que no tenemos otros suelos de esas características en el país. Otra razón, también importante, es la dificultad que presenta la resolución del trazado de la nueva ruta respecto al sistema viario existente.
Proponemos no desarrollar el puerto nuevo en el sitio indicado, por la agresión que este emprendimiento ocasionaría sobre esta hermosa costa.
Es así que planteamos, como alternativa, construir un puerto flotante, diseñado para ser remolcado y poder dividirse en piezas pequeñas, de acuerdo a las funciones que deban cumplir y a las condiciones meteorológicas. La dimensión sería de 200 x 200 metros. Se harían pequeños muelles para conectar la costa con el puerto flotante. Se ajustaría a los diferentes tamaños de las embarcaciones pudiendo inclusive posicionarse lejos de la costa.
En el espacio del puerto nuevo, proponemos desarrollar un puerto seco o playa de contenedores. Se proyectará como un área de alta densidad con estructuras telescópicas que podrán elevarse hasta 500 metros de altura: una ciudad de contenedores.
La madera se exportará a través de la reconversión del puerto de La Paloma, aprovechando su ubicación estratégica y sus condiciones portuarias naturales.
Respecto al mercado y a las industrias, planificamos el lugar del mismo modo que en el modelo rojo, pero optamos por un modelo disperso en el territorio, de pequeños establecimientos. Establecimientos desarrollados, no por la fuerza de grandes capitales, sino por pequeñas organizaciones, como los pequeños mercados que aún subsisten en la ciudad y en estas áreas.
El mismo modelo disperso se aplicará a la industria, que en el futuro creemos será muy diferente al actual. Por ejemplo, la industria de la informática no requiere grandes equipamientos.
Otro punto importante de nuestra apuesta es la creación, en el arroyo Pantanoso, de un canal para el transporte de mercancías. Un recorrido de 8 kilómetros, desde la bahía a los mercados y al área de acopio de madera.
Finalmente, pensamos que el tejido de la ciudad de Montevideo podría ser la matriz de la ciudad futura, una ciudad que conserve el uso de su suelo agrícola.
Firmemente creemos que avanzamos hacia un modelo de «Ciudad Discreta».